viernes, 2 de septiembre de 2011

CRINOLINAS O MIRIÑAQUES (1ª PARTE)

El estilo romántico.



             Las cinturas altas fueron "bajando" hacia mediados de la década de 1820. Los corsés fueron de nuevo imprescindibles para la moda femenina, puesto que los talles estrechos eran una característica importante del nuevo estilo. Las faldas empezaron a ensancharse nuevamente hasta tener forma de campana .


Como ya he dicho, las faldas continuaban agrandándose, este efecto se obtenía llevando debajo de ellas gran cantidad de enaguas.











   Era tal el peso de esas enaguas que llegó a hacerse insoportable, y en 1856 se reemplazaron por una "jaula crinolina", es decir, una enagua con aros. Ya hemos visto que no es la primera vez que las faldas se sostienen y ahuecan con aros, pero ahora estos aros eran de acero flexible que podían ir cosidos a la enagua o bien ser una prenda separada que colgaba de la cintura mediante cintas.






       El invento de la crinolina supuso una liberación para las mujeres que ahora podían mover las piernas con libertad, sin soportar el peso de las múltiples enaguas.

        

      












Para evitar "accidentes eólicos" que pusieran al descubierto las piernas de las damas, se solían llevar unos pantalones largos de lino que acababan en un encaje.


 

  
  










  Hasta las niñas pequeñas llevaban estos pantalones, pantaloons, a pesar de que sus faldas eran relativamente cortas.


      Hacia 1860  las faldas con crinolinas se hicieron enormes, hasta tal punto que a dos mujeres les era imposible sentarse juntas en el mismo sofá.

     

6 comentarios:

  1. Un pos muy interesante. Menos mal que hoy en día con cuatro trapos...¿te imaginas ir con esos trajes en el metro o en los mini apartamentos modernos?¿Y haciendo futin o yoga? jaja. Bezozzzzzz.

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  2. Manolina, eres un pozo de sabiduría. Siempre que visito tu blog, aprendo algo nuevo. Un abrazo.

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  3. Gracias por vuestros comentarios, pero lo saco todo de los libros que voy citando. Por cierto, este verano he estado en el Museo del traje de Madrid y os lo recomiendo. No es lo mismo ver ilustraciones que modelos al natural. Una visita muy interesante y en la que se puede aprender mucho.
    Respecto a lo que dice Marisa, también estuve en el Museo del Romanticismo y pude ver que algunas de las habitaciones no eran excesivamente grandes, pero desde luego no eran las "miniaturas" que nos hacen pagar a precio de palacios. En cuanto a lo del metro, no sé si has visto la película de Disney "Encantada", su primera parte podría llamarse "Aventuras de una crinolina en la gran ciudad"
    Besos

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  4. Me ha encantado encontrar su blog, quiero hacer vestidos para mi casa de muñecas y tenía dudas sobre los dobladillos, si hacerlos o no, y ya me he dado cuenta de que hay que hacerlos aunque de pereza... Gracias por compartir sus ideas, hay algunas que le tomaré prestadas.
    Un abrazo muy fuerte.

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    1. Binvenido/a
      Pues sí, aunque dé pereza es mejor hacer los dobladillos. Cualquier día de estos cojo el vestido ese que dejé sin dobladillo y le hago uno ( aunque sea 30 años después).
      Por favor, no me trates de usted que estamos entre amigos.
      Besos

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