jueves, 29 de abril de 2021

Cuentos "afieltrados" : La historia de la serpiente que perdió su rabín



Hola a todos...

         Cuenta la historia que del monte

             bajó una serpiente

                  para encontrar en la llanura

                       la cola que perdió.

                                  -¿No serás tú?

                                  - No, no , no , no

                                  - ¿Un pedacín?

                                  -  No, no , no , no

                                  -  De mi rabín , de mi rabín.

      Si me hubieran dado un euro cada vez que he cantado esta canción, probablemente estaría haciendo esta entrada desde las Seychelles...

    Bromas aparte, es una canción muy útil a la hora de llamar a los peques para hacer la fila ( Ed. Infantil) y  también la he utilizado para educación musical y juegos de psicomotricidad.

    Uno de ellos es dividir a los niños en grupos de 6 ( con otro número también se puede, adaptando el número de veces que se repite la canción, pero más de 6 puede ser cansado).A continuación un niño será la serpiente y los otros cinco se sentarán formando un pequeño corro. El niño-serpiente irá dando vueltas ALREDEDOR del corro y cuando llega el momento de la pregunta "¿No serás tú?" se para y se lo pregunta al niño del corro que tiene más cerca. Estableciéndose así un diálogo entre los dos: 

                               -¿No serás tú?

                               - No, no , no , no

                               - ¿Un pedacín?

                              -  No, no , no , no

                              -  De mi rabín , de mi rabín. ( a la vez que dice esto, el niño sentado con el que ha hablado se levanta y se agarra detrás del niño-serpiente y vuelve a empezar la canción, pero ahora son dos los que van alrededor del corro.)

      Otro juego que hago es el ENROSQUE  y DESENROSQUE: van toda la clase en fila agarrados con las dos manos al de delante y el primero empieza a girar sobre sí mismo provocando que el resto vaya formando una espiral ( de hecho el juego anterior que he explicado lo acabamos siempre con un ENROSQUE, pero más pequeño: solo de seis niños). Cuando ya están todos "enroscados", empezamos a andar hacia atrás para "desenroscarnos" (Esto les cuesta más, pero se ríen un montón).


      Pues bien, un día haciendo estos juegos y cantando esta canción se me ocurrió el cuento que os voy a contar. Es bastante surrealista ( como todos los cuentos), pero les gusta mucho y les da un sentido nuevo a las actividades que os he explicado arriba. Llevo contándolo desde hace una veintena de años y he pensado que esta técnica del franelógrama me vendría de cine para ello. 

        Espero que os guste y al final os daré una serie de indicaciones y truquillos, por si os animáis a haceros uno. Recuerdo que los personajes se "enganchan" al cuento sin velcros ni nada, por eso tienen gran libertad de movimientos. Todas las fotos que veréis están tomadas con el decorado colgado de las cortinas de mi comedor ( se ven las pinzas, jajaja). En clase, lo coloco colgado de la pizarra con unas pinzas más gordas. Pero siempre en posición vertical.

       Vayamos al cuento.


      Había una vez una serpiente que se llamaba Godofreda. Era muy buena y nunca atacaba a nadie, por eso los niños del pueblo jugaban con ella cada vez que bajaba desde lo alto de la montaña donde vivía. Era muy bonita, llena de colorines y le gustaba mucho jugar con sus amiguitos.


     Así que todos los días bajaba a la llanura donde estaba el pueblo y se pasaba el día jugando.

      Cuando se hacía de noche...los niños se iban a sus casas y Godofreda se iba a la suya. Una vez en lo más alto de la montaña, se enroscaba y se quedaba dormidita.

      


Todo estaba muy bien...hasta que llegaba el invierno: las noches eran muy largas, los niños se iban pronto a sus casas porque hacía frío y, a veces, no podían salir a jugar porque hacía mucho o estaban resfriados.







     Uno de esos días de invierno, Godofreda bajó a jugar, pero cuando se hizo de noche y se fue a enroscar bien enroscadita porque hacía mucho frío...



     -¡ Oh ! ¿Qué le ha pasado a mi cola? ¡He perdido un buen trozo!


Seguro que se me ha perdido esta tarde en la llanura. ¡Tendré que bajar a buscarla rápidamente!- Y así lo hizo.

      

 



       Cuando llegó a la pradera donde jugaban, empezó a buscar su rabín por todos los rincones. Tenía que buscar algo que tuviera muchos colorines, como su cuerpo. Seguro que lo lograría con la luz de la Luna.

    Y se acercó a un pequeño arbusto, allí había algo de colorines y le preguntó:

    -¿No serás tú?

                  - No, no , no , no - dijo una vocecilla

    - ¿Un pedacín?

                  -  No, no , no , no - volvió a contestar

    -  De mi rabín , de mi rabín.

                        (Este diálogo lo solemos hacer cantando hasta aquí)

                 - Lo siento, no soy el trocito de tu cola, soy una muñequita, pero si quieres te puedo ayudar a buscarlo- dijo la vocecilla.

        - Gracias muñequita, agárrate a mí y buscaremos juntas las dos- dijo Godofreda.

     De pronto, descubrió detrás de unas piedras una cosa con muchos colores...

   -¿No serás tú?

                  - No, no , no , no

    - ¿Un pedacín?

                  -  No, no , no , no 

    -  De mi rabín , de mi rabín.

               - Lo siento, no soy el trocito de tu cola, soy un lacito, pero si quieres te puedo ayudar a buscarlo.

    - Gracias lacito, agárrate a la muñequita y buscaremos juntos los tres- dijo Godofreda.  

     Entonces...algo sobresalía de entre los rosales, tenía unos bonitos colores y Godofreda  le preguntó:

    -¿No serás tú?

                  - No, no , no , no

    - ¿Un pedacín?

                  -  No, no , no , no 

    -  De mi rabín , de mi rabín.

                 - Lo siento, no soy el trocito de tu cola, soy una flor, pero si quieres te puedo ayudar a buscarlo.

     - Gracias flor, agárrate al lacito y buscaremos juntos los cuatro- dijo Godofreda.    

     Godofreda estaba muy cansada y empezaba a ponerse un poquito triste porque veía que le estaba costando mucho encontrar su rabín.

     Así que cuando descubrió algo detrás de otras piedras, se acercó y con una voz muy triste y desanimada preguntó:

    -¿No serás tú?

                  - No, no , no , no

    - ¿Un pedacín?

                  -  No, no , no , no 

    -  De mi rabín , de mi rabín.

                 - Lo siento, no soy el trocito de tu cola, soy un caramelito, pero si quieres te puedo ayudar a buscarlo.

       - Gracias caramelito, agárrate a la flor y buscaremos juntos los cinco- dijo Godofreda cada vez más triste y sin ganas de continuar buscando.

     Pero entonces... descubrió detrás de otras flores algo que brillaba mucho  y era de un bonito color rojo, se acercó y le preguntó:

     -¿No serás tú?

               - No, no , no , no

    - ¿Un pedacín?

               -  No, no , no , no 

    -  De mi rabín , de mi rabín.

             

   - Lo siento, no soy el trocito de tu cola, soy un cochecito, pero si quieres te puedo ayudar a buscarlo.

     - Gracias cochecito, agárrate al caramelo y buscaremos juntos los seis- dijo nuestra amiga muy triste.



     De pronto, Godofreda tomó una decisión:

  - Sabéis qué os digo...estoy muy cansada, cada vez hace más frío y está más oscuro. Me voy a ir a mi montaña y ya no voy a buscar más. Estoy muy triste, pero ya no podemos hacer más. Gracias por vuestra ayuda.






   Pero entonces...la muñeca, el lazo, la flor, el caramelo y el coche rojo le dijeron:

  - Oye, podemos ir contigo a tu casa y hacerte compañía, así no estarás tan triste. Ahora ya somos tus amigos. ¿Quieres?

  - Bueno, si queréis podéis venir conmigo.- dijo un poquito triste, pensando en su cola perdida.

   - ¡Biennnn! - gritaron sus nuevos amiguitos y se agarraron fuertemente unos a otros para que Godofreda los llevara a su casa.






Cuando llegó, se empezó a enroscar como hacía siempre y entonces se dio cuenta de varias cosas:

    Ya no tenía tanto frío.

    Estuvo hablando toda la noche con sus amigos que le contaron muchas historias bonitas y algún que otro chiste.

     Ya nunca más estaría sola durante las largas noches.

     Entonces...una gran sonrisa apareció en su cara, se acurrucó bien con sus amigos y se quedó dormidita.


    A la mañana siguiente, cuando la vieron los niños estaban todos tan contentos que ya nadie se acordó del rabín nunca más.

    Y colorín, colorado...este cuento se ha acabado.


TUTORIALES:

    Pues nada, a continuación os voy a dejar unas fotos y explicaciones que os pueden ayudar a haceros uno.

     Materiales: fieltro, hilo, cierres metálicos, ojitos (con pegatina van mejor).

     Empezamos con la serpiente:

  Para hacer la cabeza he empleado tres capas: dos verdes y una marrón que lleva por dentro y en la que coseré los dos cierres para poder unir al resto del cuerpo y darle la vuelta cuando se ponga alegre o triste. 


  






    Ya habéis podido deducir que la cabeza tiene dos caras con esas expresiones.

   

También empleo los cierres para unir parte del cuerpo con la parte final o "rabín", de esta forma puedo quitarlo e ir enganchando los diferentes amiguitos a la serpiente. 


Fijaos bien en donde llevan los cierres y cual es el que llevan . 




    





    

    Para que articule el resto del cuerpo y se pueda enroscar, podéis ver en la foto que algunos segmentos del cuerpo son dobles para poder unirlos con el siguiente segmento como si fuera un engranaje.








 


     Para este tipo de articulación no uso cierres metálicos, sino que los coso como podéis ver en el esquema:


Los puntos que he marcado son por donde ha de pasar el hilo. Fijaos que en el segmento de fieltro que va por en medio de los otros dos, hay que hacer pasar la aguja POR EL MISMO AGUJERO para que pueda girar con facilidad.

   

      


    

     Continuemos ahora con el decorado:

   Para la sucesión del día y la noche he sobrepuesto un decorado de noche que sujeto con cuatro cierres más grandes que los que he utilizado para la serpiente y sus amigos.


Los "escondites":






     

     





APLICACIONES   DIDÁCTICAS:

     Este cuento lo he utilizado sobre todo para Infantil ( 3,4 y 5 años) y con él podemos trabajar cosas como:

  •  la sucesión día-noche
  •  secuencias temporales
  •  los colores
  • conceptos espaciales:  delante-detrás, arriba-abajo, largo-corto, subir-bajar...
  • memoria auditiva
  • Lógicomatemáticas: números ordinales y cardinales.
  • educación emocional y socioafectiva.
      Todo esto sumado a los contenidos de ed. musical y psicomotricidad  que se  trabajan con la canción y los juegos que hemos visto al principio de esta entrada.

Pues nada más , espero que os haya gustado mi cuento, que os animéis a haceros uno y cualquier duda que tengáis, pues me decís en los comentarios.
 Hasta otro ratico.

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